Welcome to my mind: Huye de mi
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martes, marzo 08, 2005

Huye de mi

Huye de Mi. (improvisación, incompleto)
07/03/05
11:42─12:53@UADE

Una vuelta más y hubiera logrado mi cometido, ¡una vuelta más y le hubiera ganado a Dios! ¿Quién era Él al fin y al cabo?, maldito arrogante clandestino, si hubiera sido más explícito, si lo hubiera sido... Condenado estoy ahora a la Eternidad, ¡quiero morir, quiero morir!...

"¡Ábranme, ábranme!, no quiero estar solo, ¡por Dios, no!", se escuchaba lejano mientras nudillos sangrantes retumbaban la bóveda celeste. Un clamor lastimoso aturdía los oídos de los cercanos, pero nadie, nadie escuchaba realmente. La calle era una instantánea impertérrita, una cotidianidad sepia en donde lo inesperado era esperado. Gente por Doquier rodeando a Po. Un punto oscuro en un pozo, una patada, unos brazos y ese maravilloso odor de unos chalecos nuevos. "¡Mami, mami, me compraste ropa nueva!", exclamaba sollozando de alegría. Una oscuridad tambaleante, inestable, rugido de bujias, un chirrido. "¡Mami, esta camisa me queda grande, pará que apenas puedo mover mis brazos!", informaba a sus protectores. "¡Siempre te he dicho que no jugaras con fuego!", le decía alguien del pasado. "Pero la camisa..."

──Un tucán sentado en un barril.
──¿Y este?
──Un gordo equilibrista en la cornisa. ¿Ve acá?, ahí tiene el palito y ahí están sus patas.
──Ahá, ¿Y acá que ves?──pregunta mientras su birome realiza una danza frenética.
──Un ogro
──¿Y qué está haciendo el ogro?
──Es difícil decirlo...
──¿Por qué?
──Porque se está comiendo a su madre.
──¿Y cómo sabés que es mi madre?
──Porque usted la está matando.
Una silla vuela en el aire.

Sigiloso observé el sacrificio inevitable, siempre en las guerras cae algún inocente. Si hasta Estados Unidos falla con sus misiles teledirigidos, ¿cómo yo podría haber previsto que la pata podía penetrar en su yugular? Retiro solemne la silla respetando al pobre difunto, pero su muerte no sería en vano, nada había como una merecida libertad. Ya no quiero esta camisa, me duelen los brazos. Unos ojos se asoman en la ventana de la puerta, seguido de un pitido ensordecedor escucho un estampido de innumerables pies y tintineos metálicos. Otra silla voladora cumplía su misión quebrando cristales, aportando dignamente a mi causa. "Recordadme ascenderlo a Capitán, Sr. Silla". Mis piernas aceleran a una velocidad vertiginosa, ya lejos se ven a esos payasos blancos con bastones mágicos. ¡No llego!, no llego, si me hubiera entrenado más en la legión. "Legio patria nostra", exhalaba mis últimos suspiros al presentido instante que los enfermeros arrebataban mi tan ansiada libertad en la redentora esquina. (continuará...)